- Veo que tenías hambre chico, trae el plato, te echaré un poco más.
-Gracias señor, es usted muy amable...
- Cuentame entonces..., dices que la tempestad mató a tu abuelo, ¿Acaso le sorprendió fuera de casa?
-No, señor. Cuando llegó el huracán mi abuelo y yo corrimos hacia la caseta donde guardábamos las herramientas, cerca de nuestra chabola, y allí dormimos hacinados en aquel pequeño espacio.
- No entiendo entonces por qué dices que murió por culpa del temporal...
Ilustración: César SV. |
- Entiendo...
-Murió de pena señor, el huerto era nuestro único medio de vida. Era su vida. Murió a los dos días. Nada más llegó de sembrar otra vez y ¡Plaff!, cayó muerto en la entrada de nuestra chabola... Más sopa, por favor...
- Aquí tienes.¿Y qué sembró chico, qué fue lo último que sembró tu abuelo?
- Sal, señor. Le vi sembrar sal.
Ale! ya tiene Blog nuevo el caballero...
ResponderEliminarmagnifico... me gusta el dibujo, es como si escondiera detrás de cada trazo una puerta que da a todos lados.
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